Después de una década creando experiencias inolvidables bajo el nombre de Espai Gastronomía, ha llegado…
Cena anual de Espai Gastronomia
Un año más todo el equipo de Espai Gastronomia nos reunimos para disfrutar de una jornada juntos y en la que los invitados somos nosotros.
La temática de este año fue los 5 sentidos y la importancia de cuidar de cada uno de ellos para disfrutar de experiencias totalmente envolventes. Has notado nunca como se agudiza el sentido del gusto si comes con los ojos tapados? O como cambia el sabor de un alimento si no podemos sentir el olor que desprende? Y el tacto?
Visitamos la bodega de Cavas Bohigas en nuestra finca de Can Macià, y accedimos a ella con mascarilla. Una vez en el interior de la cava, nos descubrimos la cara y pudimos sentir el fuerte olor a humedad, madera y fermentación. El ambiente era frío y húmedo. Y en medio de este entorno degustamos el exclusivo cava de Bohigas, Noa, su última creación.
Seguidamente, fuimos a la sala de banquetes y nos sentamos como lo hacen nuestro invitados. Pero allí se nos planteó una nueva experiencia: comer sin cubiertos. Tras percibir con las manos texturas y temperaturas, nos taparon los ojos y nos sirvieron un plato a ciegas. Por la forma y textura que podían percibir nuestras manos, a todos nos vino a la mente la imagen de un excremento. Pero aquellos que se atrevieron a probarlo pudieron disfrutar del gran sabor del chocolate.
Y como tercera experiencia en la mesa, a ciegas, dimos de comer chocolate con churros al compañero/a que teníemos al lado. Parecía sencillo pero cuando nos quitamos la venda de los ojos pudimos ver que llevábamos chocolate hasta las orejas.
Después de la experiencia de la comida, nos reunimos todos en el interior de la capilla de Can Macià. A la luz de las velas pudimos conversar sobre los sentidos y la importancia de tenerlos todos en cuenta en los proyectos de Espai Gastronomia y en nuestro día a día. Y con una explosión de bombas fétidas salimos corriendo hacia la siguiente actividad.
Sentados en el césped, con los chirridos del antiguo molino movido por el viento, nos dimos un espacio para la creatividad. Recibimos una pieza de barro moldeable, frío, húmedo y con su peculiar olor. Con este material, cada uno expresó con una figura qué significa dentro de la organización de Espai Gastronomia. El resultado fueron 25 figuras totalmente singulares y complementarias entre ellas.
Y de repente un invasión de barro líquido nos cayó encima y una guerra de barro estalló. Jugamos como niños, y pudimos volver a sentir el frío del barro sobre a piel, con grumos, áspero, como se secaba rápidamente con el sol y la piel tiraba.
Después de una buena ducha pudimos disfrutar de la puesta de sol sobre los viñedos de Can Macià desde la azotea de la masía, con un mojito en la mano.
y para terminar, no faltó una buena cena en familia, para charlar distendidamente y disfrutar por un día de ser nosotros los invitados de la fiesta.